EL PARADOR DE FELICIANO
El Parador, una forma de entender la cocina.
El Parador De Feliciano es un restaurante situado en La Marina, Alicante, sumergido en un aura de tradición que se remonta a los años 30. Nuestra cocina busca cada día, mediante la calidad y la frescura, sorprender e inspirar a nuestros comensales a través de una oferta gastronómica tradicional y sencilla. Carnes, pescados, arroces y platos tradicionales se fusionan con una combinación de vinos, nacionales y extranjeros, importados de las mejores bodegas.
Nuestras Claves
Si tuviésemos que definirnos con 4 palabras, no tenemos dudas de cuáles serían.
Producto, ya que siempre buscamos tener los productos más frescos, cuidados y de calidad. Por esta razón, apostamos por un producto autóctono.
Experiencia, puesto que para nosotros, una visita al Parador, no es una comida o cena cualquiera, sino una experiencia al completo.
No podía faltar la pasión, pasión por lo que hacemos, que se encuentra en cada una de las personas que forman parte de nuestra gran familia.
Por último tenemos la Bodega, el corazón del Parador, que cuenta con más de 350 referencias importadas directamente desde los mejores viñedos de España, y del mundo.
LA HISTORIA DETRÁS DEL PARADOR
Un verdadero talento culinario
El actual establecimiento fue fundado por Alfonso Linares en 1934. En un comienzo este se dividía entre ultramarinos y bar. En 1976 se distribuyó el local entre los descendientes de Alfonso; Miguel y Feliciano.
En el año 2002, El Parador se convirtió en restaurante, pero poco tiempo después fallecieron ambos hermanos repentinamente y de manera consecutiva. Es entonces cuando los hijos de Feliciano y su esposa Angelina deciden coger las riendas del negocio y cumplir el sueño de su padre y esposo: convertir El Parador de Feliciano en un restaurante referente en la provincia de Alicante.
A partir de ese momento el restaurante adquiere la esencia que brinda en la actualidad. Un lugar donde disfrutar de auténticos productos frescos y máxima calidad al alcance de muchos. Desde entonces ilusión, esfuerzo y esmero es lo único que no falta.